Pintura acrílica
En primer lugar, es importante que comprendas exactamente qué es la pintura acrílica. Es un medio soluble en agua hecho con una resina sintética mezclada con pigmentos. Que sea soluble en agua significa que al aplicarla a un soporte, se seca rápidamente.
También significa que no necesitas disolventes para diluir la pintura, lo que hace que trabajar con ella sea fácil. Las acrílicas son adecuadas para todo tipo de superficies.
Entre sus ventajas, encontramos que se secan con rapidez y resultan muy transpirables, estos dos aspectos hacen que la pintura acrílica sea perfecta para los ambientes húmedos. Debido a eso, su carácter transpirable evita que la humedad acumulada fomente el desarrollo de moho.
Tampoco es tóxica, sin embargo, existen pinturas acrílicas más respetuosas con el medio ambiente que otras. En cualquier caso, siempre conviene ventilar la casa tras pintar.

Las pinturas acrílicas no están exentas de ciertos inconvenientes. Así que debes tener la precaución de no aplicarlas sobre superficies que hayan sido tratadas previamente con pinturas a base de aceite. Esta circunstancia impide que las acrílicas se adhieran correctamente a la pared.
Por lo tanto, en el caso de que decidamos emplearlas, debemos tomarnos la molestia de eliminar antes cualquier resto de pintura anterior. Esto lo podemos conseguir mediante el lijado de la pared.
También a la hora de extenderla pueden surgir problemas, sobre todo si optamos por aplicarla nosotros mismos, ya que no somos profesionales. En concreto, pueden llegar a apreciarse los brochazos.
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